Por. Julio Vega
Cuando escuchamos frases como «la sociedad es una jungla», no estamos lejos de las preocupaciones que ocuparon a pensadores como Durkheim, Parsons y Bourdieu; importantes sociólogos que, a diferencia de lo dicho en la popular frase, no se conformaron con describir coloquialmente un «estado de cosas», sino que se dieron a la tarea de entender cómo es que se gesta la estructura y las dinámicas que dan lugar a un tipo de sociedad.
Mientras Carlos Marx interpretó la «Guerra» entre la sociedad como una lucha de clases; y la «Paz» como el efecto de la equitativa distribución de la riqueza; Durkheim consideró que «los hechos sociales» son autónomos a la existencia individual de una persona, aunque, luego, inherentes a ella. ¿Qué quiere decir esto?: Durkheim postuló que la estructura de la sociedad, para «funcionar» genera la necesidad de un «consensum» que todos construimos con base en nuestros intereses individuales de sobrevivencia.
Esto, desde luego, es relativo a lo que Bourdieau llamó «el habitus». Un fenómeno social de adaptación que por medio del capital cultural y simbóico de una sociedad, emerge en contrapeso a las relaciones sociales de dominación. El habitus, pues, permite la adaptación y sobrevivencia de la estructura de una sociedad.
En otras palabras, la sociología, por medio del concepto de «hechos sociales» con Durkheim, avanzó a teorías de la acción social, como las que Parsons utilizó para explicar la estructura funcionalista de la sociedad americana, basando tal acción social en la acción voluntarista individual en interacción con los valores culturales de tal sociedad.
Ahora bien, para los fines de la educación es de vital importancia «rescatar» y «destacar» esta «acción social», por medio de la cual, los seres humanos ajustamos y transformamos nuestras sociedades en cada día. ¿Por qué? ¡Porque la educación es una acción transformativa no sólo de la persona que se educa sino de la sociedad a la que pertenece!. Y, en este sentido, el «consensum» de Durkheim; el «Habitus» de Bourdieau; o la «acción voluntarista» de Parsons; representan la vocación irrenunciable del ser humano: El entendimento y transformación de la realidad. Y, ese, justo ese, es el espíritu más íntimo y definitorio de la tarea educativa.
Julio Vega
Refencias:
Durkheim, Emile. Las Reglas del Método Sociológico. México: Colofón
Bourdieu, Pierre. Capital cultural, Escuela y espacio social. México: Siglo XXI
Parsons, Talcott. Teoría de la Acción y Condición Humana. Barcelona: CIS Centro de Investigaciones Sociológicas
4 respuestas a “La Guerra y la Paz de Todos”
Estimado Dr. Su comentario muy acertado al llamarlo «jungla». Nuestra sociedad se ha vuelto literalmente eso. Es una lucha constante de todos tratar de demostrar algo. Es una especie de competencia constante pero al hacer esto nos damos cuenta en como hemos afectado la educación.
Esto se ve reflejado dentro de los salones de clase y no siempre recibimos las mejores reacciones por parte de nuestros alumnos que, al saberse apoyados por sus padres se les olvida que existe el valor del «respeto» y que debe ser fomentado en todos sus ámbitos de desarrollo.
Debemos esforzarnos por dar lo mejor en su beneficio.
Excelente ensayo
Hola buenas noches, excelente información. Los aportes que mencionas de los 3 sociólogos son tan importantes en nuestros tiempos pues podemos ver como la sociedad, la cultura, la moralidad, la escuela y los profesores ejercen un poder dominante sobre la educación, ya que van moldeando al ser humano desde pequeño hasta llegar a ser un hombre que aporta a la sociedad.
Desafortunadamente como menciona Bourdieu de la transmisión del capital cultural depende que determinados grupos sociales tengan exito o no en su paso por la escolarización y consiguiente en la sociedad.
Felicidades, considero que esta información puede apoyar a padres, docentes y a la sociedad en general para apoyarte a un desarrollo infantil más pleno